A veces, lo verdaderamente hermoso no está en lo evidente, sino en lo escondido. Con Susana y Daniela, nos aventuramos hacia un lugar distinto, el Barranco de la Regidora, que no suele ser el escenario habitual… y precisamente por eso nos gusta. Entre rocas, senderos y vegetación que parece resistirse al paso del tiempo, encontramos un rincón auténtico, aislado, perfecto para dejar que la historia de ellas brillara sin artificios.



Fue precioso verlas caminar juntas, encontrar risas en medio del monte, mirarse con complicidad mientras la naturaleza las envolvía. Cada gesto, cada paso, tenía una naturalidad que nos hace amar lo que hacemos.











